viernes, 7 de septiembre de 2012

Medicina Actual

Entre los elementos de diagnóstico más sofisticados se encuentran las modernas técnicas de reconstrucción de modelos tridimensionales del cuerpo (tomografías tradicionales, ecografías, tomografía axial computarizada y resonancia magnética), además de las visiones directas del interior del organismo (artroscopia, cirugía endoscópica, cirugía cardíaca teledirigida, etc.). La exploración mediante analítica bioquímica e imagen permite conocer hoy día cualquier rincón y reacción del cuerpo humano.

Los avances de la cirugía son también espectaculares. La utilización del microscopio, el rayo láser como elemento disector, las técnicas de los transplantes -que han posibilitado salvar miles de vidas gracias a la implantación de órganos completos (corazón, riñón, hígado...) en enfermos desahuciados-, las técnicas de cirugía endoscópica, las múltiples y finísimas intervenciones guiadas sobre áreas muy reducidas del cerebro, e incluso los ensayos actuales de cirugía robotizada y controlada por ordenador sin que intervenga prácticamente nada la intervención de la mano humana, sumado todo ello a mejores suturas, sistemas de hemostasia, de corte y disección, han creado un panorama muy satisfactorio en la cirugía.

Uno de los campos quirúrgicos más importantes es el referente al corazón y los grandes vasos. Las técnicas de dilatación de válvulas (hoy por vía endovenosa), recanalización de coronarias, y otras consecuciones a corazón abierto, inimaginables hasta hace poco, han posibilitado la continuación de la vida a numerosos pacientes.

Por desgracia, esos avances de la medicina no se manifiestan por igual en todos los países del planeta, de tal modo que, aún existiendo un avance general en todas las ramas de la actuación médica, unos sectores de la población tienen mejor acceso a ella, y por tanto están mucho mejor protegidos que otros, especialmente los de países marginados y pobres. Asignatura pendiente, ya en los albores del siglo XXI, que tienen pendiente tanto la medicina como los dirigentes políticos que estructuran la dinámica social y económica del mundo.

Pero todavía la medicina tiene que enfrentarse a numerosos retos, entre los que se encuentran el cáncer, el tratamiento de muchas enfermedades mentales como el Parkinson y la enfermedad de Alzheimer, y numerosas enfermedades infecciosas como la hepatitis y el SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida). Aunque la ciencia ha conseguido importantes logros en su lucha contra las enfermedades infecciosas, existen otras para las que no se conoce un método de combate eficaz.

En el caso del SIDA, por ejemplo, aunque la terapia farmacéutica presenta cada vez mejores resultados, hace tiempo que se intenta encontrar una vacuna que ponga freno a esta plaga de nuestros días. El virus de la hepatitis B (VHB), además de producir enfermedades hepáticas, origina una forma común de cáncer, y es el carcinógeno humano más importante, después del tabaco. En este sentido, el progreso de la biología molecular del VHB ha encontrado interesantes aplicaciones médicas, entre las que se encuentran la prevención de las infecciones por medio de las vacunas. Se han depositado muchas esperanzas en las nuevas vacunas creadas mediante ingeniería genética, para la erradicación de este tipo de enfermedades.

El cáncer, por su parte, se trata con muy distintos métodos según el tipo, pero en la actualidad se sigue buscando un sistema de inmunoterapia, es decir, un tratamiento que permita incrementar el potencial innato del sistema inmune, que constituye la principal defensa natural del cuerpo contra virus y otros invasores extraños, incluido el transplante de órganos, para eliminar las células cancerosas. Y, en cualquier caso, la inmunoterapia constituye un buen complemento de los tratamientos ya existentes.

Gracias a las modernas técnicas de bioquímica y genética molecular se ha abierto un campo enorme de futuras posibilidades para controlar las enfermedades hereditarias. Existe un proyecto mundial, el Proyecto Genoma, coordinado por numerosas instituciones y que tiene por objetivo obtener el genoma humano completo. Los mapas que se obtengan serán de gran valor en investigaciones acerca de la organización génica y cromosómica, así como en la identificación de genes implicados en ciertas enfermedades genéticas.

Los progresos médicos prometen más salud en un futuro, mediante el empleo de nuevas terapias, la manipulación genética, la construcción de órganos artificiales, el empleo de fármacos de diseño y la aplicación de otras ingeniosas técnicas para restaurar las funciones orgánicas. Igualmente se combatirán muchos más agentes infecciosos. No obstante, todos estos conocimientos deben ser aplicados para permitir una mejor calidad de vida, y habrá que tener muy en cuenta los aspectos éticos que cada caso conlleve.

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